Para Nestor García Canclini el concepto de hibridación se remite a los “procesos socioculturales en los que estructuras o prácticas discretas, que existían en forma separada, se combinan para generar nuevas estructuras, objetos y prácticas” (García, 2001: III); es decir, una cultura híbrida es un proceso social flexible que permite elaborar estrategias para entrar y salir en la modernidad, una fácil integración y fusión de las culturas.

En el artículo del año de 1997, titulado “Culturas híbridas y estrategias comunicacionales”, García Canclini define el concepto de la siguiente manera: “… El término de hibridación no adquiere sentido por sí solo, sino en una constelación de conceptos. Algunos de los principales son: modernidad, modernización, modernismo, diferencia, desigualdad, heterogeneidad, multi-temporal, reconversión.
La hibridación sociocultural no es una simple mezcla de estructuras o prácticas sociales discretas, puras, que existían en forma separada, y al combinarse, generan nuevas estructuras y nuevas prácticas. A veces esto ocurre de modo no planeado, o es el resultado imprevisto de procesos migratorios, turísticos o de intercambio económico” (Canclini, 1997:112).

Para Canclini este concepto permite entender los procesos culturales de manera más amplia; argumenta que la aplicabilidad práctica del concepto de hibridación radica en que es incluyente de otros conceptos, como los de mestizaje, usado principalmente para la mezcla biológica entre razas; sincretismo, que hace referencia a la mezcla de creencias religiosas, como es el caso de la cosmogonía religiosa de los grupos étnicos; y creolización, que Canclini define como: “la lengua y la cultura creadas por variaciones a partir de la lengua básica y otros idiomas en el contexto del tráfico de esclavos”.