Se concibe a la filosofía de la educación como la disciplina filosófica de tipo práctico que tiene por objeto de estudio al hombre en cuanto ser educable, es decir, éste posee una capacidad intrínseca para ser educado y se funda en el conocimiento ontológico, reflexivo y causal de lo que implica ser hombre y su característica “especial” la educabilidad.
Su punto de partida es la observación, la contemplación del hombre en cuanto ser educable, pero su trabajo específico es racional, analítico, valorativo y práctico. La filosofía de la educación, es un saber multidisciplinario con un objetivo específico, encuentra su fundamento en la antropología filosófica, la ética, la pedagogía y la metafísica. 1 .
Toda filosofía de la educación implica una concepción del ser humano, por lo tanto el concepto que se tenga de ser humano, de vida humana y sus fines, determina cualquier criterio educativo, pues no hay educación sin ser humano, ni filosofía de la educación que no suponga un modelo determinado de hombre. Por consiguiente, el contexto es importante porque el ser humano crea un imaginario de la educación, una cosmovisión, que determina el juicio educativo, porque no es la misma visión que tiene de alguien que es de Oaxaca y de otra persona que vive en la Ciudad de México.
Los seres humanos somos seres de realizaciones y proyectos inscritos en el tiempo, desde la formación educativa, social, cultural y religiosa, se va cambiando la formación y transformación de los proyectos y de las líneas de vida.