Muchos jóvenes como ¡Tú! terminaron sus cursos en el mes de julio y sin lugar a dudas agosto, se vuelve la bienvenida de estudiantes de todos los estados a la ciudad de México.
A la escuela asisten jóvenes cuyas visiones del mundo, formas de pensar y lenguas son heterogéneas, también sus capacidades, talentos, ritmos de aprendizaje y clase social, lo cual enriquece la experiencia escolar, y al mismo tiempo, reclama respuestas teóricas y prácticas para su atención.
"Personas diferentes conviven entre sí, es posible lograr que cada una se conozca y se reconozca, tenga en alta estima a su persona y su cultura, al mismo tiempo que valore la presencia de otros con características culturales y personales distintas. Cuando estas personas conviven en un ambiente de respeto, pueden lograr aprendizajes mutuos de enorme valor." 1
Para los jóvenes migrantes, la migración es un cambio de tal magnitud que pone en riesgo la identidad. La pérdida de objetos es masiva, incluyendo los más valorados y a los cuales están ligados recuerdos e intensos afectos: personas, lugares, lenguas, costumbres, trabajo, medio social y cultural. El sentido de identidad constituye una experiencia subjetiva que comienza con la conciencia del individuo y de su existencia como ser individual en un medio poblado de objetos externos similares a él, que no obstante, experimenta deseos, pensamientos y recuerdos propios.
Así pues, en la medida en que el joven pueda ir elaborando la experiencia de su migración a lo largo del tiempo, pudiendo integrar los aspectos y sentimientos negados y disociados, habrá crecido lo suficiente como para poder padecer su dolor. Tendrá un mayor conocimiento de la experiencia que ha vivido. No será sólo un conocimiento intelectual sino más vivencial. No sólo sabrá que emigra, sino que será un emigrante. Su yo-piel se reconstituirá. Ser un emigrante implica asumir profundamente la responsabilidad inherente a esa condición (Anzieu, Jarast).
El fenómeno de la migración es común en México, se da especialmente en los jóvenes, basados en la suposición de que la salida de la comunidad es la principal o única oportunidad de éxito personal. Esto genera un intercambio de valores entre la cultura migrante y la comunidad a la que emigran, lo que se verá reflejado en su cosmovisión, de manera concreta en sus costumbres y lenguaje.
Se entiende como migrante a un individuo que se desplaza de una zona geográfica hasta otra, situación que conlleva un cambio en las costumbres y un proceso de readaptación a las nuevas circunstancias (Ruiz, 2002: 13).
En la actualidad, nos encontramos inmersos en un nuevo mapa político, social y cultural, producto de los cambios sociales ocurridos en los últimos años. La convergencia en un mismo contexto de diversas culturas, la globalización del mercado, la evolución de las estructuras familiares, o el incremento de los flujos migratorios, han generado una sociedad plural y multicultural, muy diferente respecto a la de años atrás, lo cual ha supuesto un nuevo reto en el que la escuela no se siente suficientemente preparada (Pozo, 2008).
1 Sylvia Schmelkes. El enfoque intercultural en educación orientaciones para maestros de primaria. Coordinación General de Educación Intercultural y Bilingüe Secretaría de Educación Pública. 2008