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Cotidianamente se nos presentan objetos, personas o hechos que nos resultan agradables. Por ejemplo, vemos un paisaje o la puesta del sol y nos producen agrado; de la misma manera, cuando vemos a personas atractivas, su presencia es agradable para nosotros. Cuando escuchamos una pieza musical de nuestra elección lo hacemos porque nos gusta, pues la música genera emociones que gozamos y por ello procuramos obtenerlas e incluso prolongarlas. A los objetos en los que se centran estas experiencias los denominamos bellos, entendiendo que son atractivos, agradables, bonitos, poseedores de belleza, y que no nos cansamos de verlos o escucharlos.
Los objetos bellos lo son debido a que tienen un atributo. Belleza que es un término cuya etimología -del griego antiguo- se relaciona con aparecer, brillar y mirar (Henckmann & Lotter, 1998, p. 30). Los antiguos griegos usaban la palabra kalón para referirse a lo que gusta, lo que suscita admiración y atrae la mirada (Eco, 2006, p. 39). En nuestros días el término kalón se traduce como “bello”, y para los griegos de la Antigüedad era un atributo del cuerpo y del alma de los humanos, así como de la armonía del cosmos, de la poesía, de la escultura e incluso de la composición retórica. Para los filósofos griegos la belleza tuvo un lugar importante en sus reflexiones.
El gusto que sentimos ante lo bello podría ser meramente subjetivo, es decir, causado por nuestros propios sentimientos, apreciaciones e ideas. Cabe la posibilidad de que ante la presencia de una obra de arte considerada bella (por los expertos) resulte que no es de nuestro agrado; pero, ¿en qué consiste que algo sea bello? Se han dado diferentes respuestas a esta pregunta a lo largo de la historia del pensamiento filosófico y artístico. En un principio, los filósofos antiguos se interesaron por la belleza como atributo del ser y del cosmos. También los poetas como Homero, y los escultores como Praxíteles, se interesaron por comprender la belleza y por expresarla en sus creaciones artísticas.
La belleza ha tenido una gran importancia a lo largo de la historia del pensamiento, desde la filosofía griega hasta nuestros días. En la siguiente línea del tiempo podrás enterarte de ella.
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Referencias bibliográficas
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